PRIMERA PARTE: CONTEXTO
Amplio movimiento filosófico de origen presocrático basado en las doctrinas atribuidas a Pitágoras de Samos y sus discípulos más inmediatos. El pitagorismo propiamente dicho es el movimiento de investigación filosófica, matemática y mística desarrollada durante el siglo V a.C. por los discípulos de Pitágoras, aunque como tal movimiento se inició ya a partir de la primitiva secta filosófico-místico-religiosa fundada por Pitágoras en el siglo VI a.C. y, posteriormente, continuó durante varios siglos bajo la forma de neopitagorismo.
El principal problema que se presenta para el estudio del pitagorismo es el carácter secreto y cerrado de la primitiva secta pitagórica, agravado por el hecho de que Pitágoras mismo, o bien no escribió ninguna obra (las que se le atribuyeron, conocidas como Los tres libros, y los Versos áureos, son obras apócrifas del siglo I a.C. o del siglo I d.C.), o bien no se conservan sus escritos (Diógenes Laercio nombra varios escritos de Pitágoras ). Además, el carácter secreto y esotérico de esta secta impedía que sus doctrinas fuesen expuestas y difundidas al público. Al parecer, se debe a Pitágoras mismo las doctrinas religiosas de la inmortalidad y de la transmigración de las almas, el descubrimiento de las relaciones entre la armonía musical, los acordes y las proporciones numéricamente expresables, así como los inicios de la matemática especulativa y la cosmología filosófica.
Los siguientes textos son fragmentos que se ubican en medio de un juicio que se ha prolongado mucho tiempo, en que se acusa a una logia masónica de traición a la nación y utilizar medios estratégicos para dar un golpe de Estado, En las primeras sesiones han demostrado que la logia hunde sus raíces en el pitagorismo.
ATAQUE
Para dar credibilidad a mis palabras sobre la secta que os dije, y que encuentro relación muy estrecha con la masonería actual, me valdré de libros antiguos y testimonios que iré citando, de modo que como ya comprobamos en la sesión pasada, los masones tomaron su sistema y orden de los pitagóricos. Al develar los misterios de éstos últimos y sus deseos, podremos darnos cuenta ¡de la infamia que se encuentra sentada ante ustedes!... señores del jurado.
A mediados del siglo VI apareció una secta denominada pitagórica, por su fundador Pitágoras de Samos. Ésta secta tenía como principal objetivo el poder político, el deseo de dominar a todos e instaurar una armonía en la realidad social, misma armonía que aseguraban había en el universo. Estaban unidos por vínculos secretos, por ritos místicos y eran obligados sus integrantes más novatos a vivir una disciplina y ciertas reglas de sobriedad que permitían tener control de los iniciados mientras observaban si eran dignos de participar en las cuestiones políticas, una vez que se hubieran asegurado de su lealtad a la secta.
Con tal de obtener el poder, y no movidos por otra cosa sino por esta, establecieron un sistema de pensamiento y conocimiento que les permitiera tener como objetivos la subordinación de quienes entraban, e irlos esclavizando a la secta con ideas poco naturales, de manera que no estorbaran en las decisiones que irían tomando en lo referente al gobierno. Además no todos podían entrar a la secta, pues entonces si eso sucediera no tendrían sobre quién gobernar.
Junto con sus saberes exactos y verosímiles mezclaban doctrinas que les permitieran subyugar a los otros. Por ejemplo, además de las ideas místicas del orfismo, otras corrientes orientales, donde afirman que el alma obtiene su libertad mediante las purificaciones, cuyo grado más alto es la ciencia, y el filósofo, que se entrega a ella es el que más excelsamente queda liberado, así podían decir que las personas más sabias – aunque el determinar quién era sabio y quién no, dependiera de ellos mismos- eran las más capaces de gobernar y habían de atenerse a su sabiduría.
Estos intereses políticos trataban de sostener los regímenes aristocráticos y tradicionales de las ciudades griegas de Italia. Este deseo de poder fue la causa de que hubiera movimientos insurreccionales contra Pitágoras que le obligaron a dejar Crotona y a desterrarse a Metaponto. Pitágoras, que en realidad era tirreno, o sea, bárbaro, aunque después se hiciera nombrar hijo de Samos, aprendió y vio lo que un hombre puede ser capaz de realizar con el poder, en la tiranía de Polícrates.
Cuando viajó a Crotona conquistó a sus habitantes con sus modos de hablar y de comportarse al grado de que éstos les dieran a su cargo a algunos jóvenes para que los instruyera. Incluso habló a los niños y a algunas mujeres, con tal de reunir la opinión de todo el tipo de personas que habitaban en ese lugar. De esta manera se hizo amigo de reyes y señores de la región circunstante, habitada por bárbaros, que no cuestionaban las enseñanzas recibidas por Pitágoras, y las aceptaban porque éste mezclaba verdades verosímiles con fuertes dogmas religiosos, lo hemos sabido a pesar de que nadie puede decir con certeza de que hablaban pues guardaban voto de silencio sobre ellos. Lo pueden encontrar en Porphyrius, vita pytagorae, 18. A uno de los que pudo avisar de las horribles maquinaciones de ésta secta, un tal Hipaso de Metaponto, lo mandaron ahogar y erigir un monumento a su muerte.
Sus contenidos serían fuertemente rebatidos y detenidos en cuanto fueran conocidos por personas sabias. Además como muestra de su despotismo Pitágoras se hacía llamar por los suyos el “divino” o “aquel hombre”, costumbre que se arraigó aún después de su muerte. Trataba de entablar dicho dominio exagerando su sabiduría, pues según Heráclites Póntico, Pitágoras decía haber renacido varias veces y conservar el recuerdo de los acontecimientos durante el ciclo de los nacimientos y de las muertes. Dicho testimonio se encuentra en Vitae de Diogenes Llaertius, tomo VIII, 4. Incluso recordaba haber sido una hermosa mujer, meretriz, de nombre Alco, testimonio recogido de Noctes atticae, IV, 11, 14.
Prueba de su gran crueldad nos la da el mismo Aristóteles, el sabio, cuando escribe entre otras cosas que Pitágoras, devolviéndole a una serpiente mortal la mordedura recibida, la mató.
Era tan grande su fama, y cuidó todo su sistema de engaños tan bien y convencía de tal manera a los ciudadanos que después de su muerte, convirtieron su casa en un templo, dato que pueden encontrar en Cohortationes, 20, 4-14, 13 de Iustinus. Pero se encargó de tal manera de hacerlo todo en la oscuridad y lleno de secretos que no se sabe si quiera lo que escribió con exactitud, de los famosos tres libri que se le adjudican o algunos otros que más bien dicen fueron escritos por Filolao. Aprendió matemáticas de los Egipcios, Caldeos, y Fenicios, las cuales mezclaba con sus ideas políticas, pero éstas sólo las compartía con quienes él creía conveniente, a quienes llamaban acusmánticos. Una de las ideas que mezclaba con sus ciencias, era la idea de que el alma era inmortal y debía ser liberada del dolor y del placer, predicando que todos fortalecieran el ánimo mediante los ejercicios de los cuerpos en las fatigas, lo pueden encontrar en Casaubon, de Strabo en el número XV, 716-14,9. Al tenerlos entregados a los trabajos físicos más fáciles serían de gobernar. Otra muestra de contradicción es que tenían una estrella o pentagrama como símbolo de salud, mientras asesinaban a quienes los traicionaban. ¿Creen ustedes que sean dignos de crédito semejante secta, y aún que alguien en la actualidad se atreva a tomarlos como base para un grupo o asociación de movimiento político?
DEFENSA
Para poder hablar de los pitagóricos, es necesario recordar el contexto histórico en el que surgen. En ese tiempo, cundían en los griegos, la búsqueda del conocimiento, los discursos y reflexiones sobre la política, y la religión como reveladora de misterios y destinos. Por lo mismo, me atrevo a afirmar que los pitagóricos no eran una secta que buscara el poder como tal, y como lo han presentado, sino como una agrupación de hombres que participaban de las “modas” culturales de su tiempo, movidos por un fuerte deseo de superar la vida que se llevaba por la mayoría de las personas. Así buscaban de todas maneras y modos un estilo de vida que los pudiera hacer una libertad plena que les ayudara a vivir una vida diferente y más suprema. Lo que quiero decir con esto es que los pitagóricos tenían una concepción peculiar de la realidad que por su misma consistencia se imbuía en dimensiones religiosas-filosóficas-políticas. Desde mi punto de vista no hay parangón con el cual los podamos comparar, aunque guarda cierto parecido con el maoísmo (fundado en China un año más tarde por Mao tse), que fue simultáneamente escuela religiosa, escuela filosófica, partido político y estaban organizados militarmente como un ejército. Por tanto es inverosímil, querer enfocar sólo en un aspecto de los pitagóricos y decir que todas las acciones tenían un único fin tirano. Pues la concpeción totalizante que tenían , indica en sus contenidos y en sus formas todo lo contrario, es decir que buscaban una vida suprema y libre.
Comenzaré diciendo que Pitágoras no aprendió ni deseó ser Tirano como lo fue Polícrates, pues consta que más bien decía que un hombre libre no puede soportar tal autoridad y señorío, esto lo sé por el testimonio de Clemens Alexandrinus, en la Stromata , VIII, 1. De tal manera pretendía ganar su propia libertad, que no sólo buscaba la libertad que le pudiera ofrecer un político, sino que también buscaba la libertad interior, misma que realizaba y hacía consciente mediante ritos, prácticas religiosas y la contemplación del equilibrio universal.
El motivo de que no se revelaran todos los conocimientos a las personas sino que fueran elegidos, y fueran entrando por grados, desde los escuchas o matemáticos hasta los avanzados o acusmánticos, es precisamente para que no sucediera lo que pretende mi compañero decir en su ataque. Es el peligro de obtener una serie de verdades que al no comprenderse del todo, pudieran manipularse o aún confundir al mismo pensador. Ya que la verdad ha de darse de manera dosificada, el maestro quien era el que observaba las maneras y modos de actuar de los aspirantes, podía determinar si tenían la suficiente capacidad para entrar en asuntos políticos, donde las cuestiones son más delicadas, pues tratan del gobierno de las personas, y es donde más daños se pueden cometer. Es por eso que no se sabe mucho de los escritos de Pitágoras, porque si hubiera dejado mucho escrito, entonces no se podría controlar en manos de quién caen ciertos conocimientos y lo que se puede hacer con ellos.
Una muestra clara de que no buscaban sólo el poder para imponerlo, ni que utilizaran las ciencias para confundir, es el mismo hecho de que éstas, fueran buscadas con gran ahínco, y deseo de saber, y sólo con ese fin. Lo podemos ver porque las doctrinas de Pitágoras, que nos han llegado por Filolao, y las de sus demás discípulos por testimonio de Aristóxeno, como son; Senófilo Calcídico de Tracia, Fantón, Diocles, Eurito y Polimnesto de Filunte. Es decir las doctrinas desde el principio de la secta hasta sus seguidores fue evolucionando y derivando en cuestiones diferentes sobre las realidades matemáticas, fonéticas, religiosas, filosóficas, buscando sin dogmatismos el saber, por lo mismo afirman que el hombre de ciencia es el hombre mas libre, pues no busca nada más allá que la contemplación de la armonía del universo y sus misterios. Es cierto que muchas teorías serían refutadas, pero no es porque fueran totalmente falsas, sino porque la búsqueda de la verdad es gradual. Por eso en el siglo XVII, en una comuna árabe, fueron encontrados algunos escritos de antiguos discípulos de los pitagóricos, y dichos escritos hablaban de una serie numérica que revelaba la proporción de las plantas, y de otras cosas de la naturaleza. Dichos número serían bautizados con el nombre de su descubridor, Fibonacci. Todavía ahora, cuando la química explica la composición de la materia en elementos, nos damos cuenta de que la diferencia entre un elemento y otro, radica en un número diferencial entre energías positivas o negativas, cosa ya antes observada por estos grandes sabios, al decir que la naturaleza, al final se diferenciaba y armonizaba a través de números. Estos saberes anteriores y de su época, revelan un verdadero interés por observar la naturaleza y descubrir los misterios del universo. Es decir que se buscaba en verdad el saber por el saber, por el mismo hecho de contemplar dicha armonía.
Es cierto que Pitágoras y los demás discípulos propagaban una doctrina que traía consigo muchas practicas ascéticas, como la de entregarse a los trabajos fuertes para liberarlos del dolor, pero no es cierto que lo hicieran para tiranizarlos, sino para que fueran libres de sus emociones esclavizantes, y una prueba de que no es cierto, es que ellos mismo eran los primeros en practicarla, ¿cómo gobernarían entregados a semejantes trabajos? Si lo hacían, era porque precisamente sabían que si eran dueños de su propia libertad, entonces podrían ser capaces de gobernar, así que al decir que imponían disciplinas ascéticas a sus discípulos, no estamos diciendo sino que la libertad que buscaban para ellos, también la buscaban para los otros. Además ateniéndonos a la época en que vivieron éstos hombres recordemos que como en toda secta, de su tiempo, estaba muy extendida la tendencia a venerar al fundador, e incluso a atribuirle todos los descubrimientos y todas las doctrinas, pero nunca porque el fundador lo hubiera ocasionado con intensiones de poder, sino porque su doctrina y discurso era de tal manera legítima que adquiría innumerables seguidores. En cuanto al caso de Hipasio de Metaponto, que reveló secretos, no fue asesinado por éstos, sino que en un viaje el barco sucumbió ante las tempestades marinas, aunque es cierto que tiempo atrás los pitagóricos, en cuanto supieron de su violación al voto de silencio, le hicieron una tumba, como símbolo de que para ellos estaba muerto, pues muere quien no es leal a su propia palabra, y más porque propagando verdades a gente no instruida, lo que propagaba es la muerte, claro ejemplo de lo que pasa con estas personas que poseen verdades a medias lo tenemos en el mentado ataque que se ha hecho.
CONCLUSIONES
Me doy cuenta, de la gran capacidad de observación que tenían estos hombres, pues adelantaron e mucho, los descubrimientos que después se harían con el avance de la técnica científica. Además indicaron, no doctrinas cerradas, sino que impulsaron a que otras personas siguieran buscando por esos caminos, a pesar de que eran una secta ocultista, pudieron saberse muchas de sus doctrinas que nos muestran la fuerte capacidad de reflexionar a partir de las observaciones. Me agrada la idea de que fueran un conjunto político-religioso-científico, porque esto denota un fuerte sentido de totalidad en las realidades naturales y humanas, cosa que nos hace mucha falta como sociedad el día de hoy, en donde la ciencia, la religión y la política tiran por distintos caminos cometiendo muchos atropellos. El ejercicio de la suasoria, me sirvió para darme cuenta de mi necesidad de argumentar claramente, cosa que, espero, iré aprendiendo poco a poco en la carrera. Además de que es un recurso que nos ayuda a meternos a los temas vistos en clase que nos interesan más.
BIBLIOGRAFIA
- Altieri, Angelo. Los presocráticos. Uap: Puebla. 1993
- Alegre Gorri, Antonio. Estudios sobre los presocráticos.
- Cappelletti, Angel, J. Mitología y Filosofía: Los presocráticos. Cincel: Madrid, 1987.
- Reyes, Alfonso. La filosofía helenística. FCE: México. 1978.
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