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jueves, 14 de noviembre de 2024

¿Podemos realmente mapear el cerebro como un sistema cuántico? Un paseo entre ondas y neuronas

 



La fascinación por comprender el cerebro humano ha llevado a científicos a explorar enfoques de frontera que desafían los modelos tradicionales de la neurociencia. Recientemente, en un artículo publicado en Physical Review por un equipo de investigadores, se ha propuesto analizar el cerebro en términos de sus respuestas a un rango de frecuencias de ondas. Esta idea puede sonar compleja, pero está arraigada en un concepto fundamental: al igual que un sistema cuántico puede manifestar múltiples estados, el cerebro también puede presentar una "frecuencia de resonancia" en respuesta a diferentes estímulos. Sin embargo, ¿qué tan viable es este enfoque?


El artículo original busca representar el cerebro como un sistema que puede ser "sintonizado" para responder a diferentes frecuencias, similares a las ondas de radio. Este concepto utiliza modelos de respuesta a frecuencias que tradicionalmente se aplican a sistemas físicos y ahora se extienden al ámbito biológico. La promesa de esta técnica radica en que podría ofrecer una forma más clara de visualizar el flujo de información y las conexiones en el cerebro, basándose en una analogía resonante.


Desafíos y Limitaciones del Modelo


Al leer este trabajo con una mirada crítica, me surgen preguntas clave sobre la aplicabilidad de este enfoque cuántico-resonante. En primer lugar, a diferencia de un sistema cuántico puro, el cerebro es un sistema abierto y altamente dinámico. Sus respuestas no solo dependen de ondas individuales, sino también de un torrente de señales químicas, eléctricas y hormonales que lo atraviesan constantemente. Reducir este sistema complejo a un "conjunto de frecuencias" puede ser tan problemático como intentar simplificar una sinfonía compleja en unos pocos acordes.


Además, el modelo sugiere que ciertos estados del cerebro pueden ser interpretados como "resonancias cuánticas", pero esto lleva a un terreno empedrado. Los sistemas cuánticos tienen propiedades específicas, como la superposición y el entrelazamiento, que son difíciles de aplicar a una red de neuronas. De hecho, la "cuanticidad" del cerebro ha sido tema de debate en la neurociencia, pues hasta ahora, las pruebas que podrían sostener semejante afirmación son, en el mejor de los casos, especulativas.


Otro punto relevante es cómo este enfoque de frecuencias podría relacionarse con el concepto de neuroplasticidad. Nuestro cerebro no es una estructura estática; cambia y se adapta a lo largo de nuestras vidas, modificando sus "circuitos" en función de las experiencias. ¿Cómo podría un modelo de resonancia capturar esta capacidad única de adaptación? Podría ser un intento de comprender las "ondas" de aprendizaje, memoria y adaptación del cerebro. Sin embargo, para aquellos en neurociencia y biología que han trabajado sobre estos temas, el modelo parecería una simplificación que no refleja la verdadera adaptabilidad del cerebro.


Para entender mejor este modelo, podemos hacer un símil con la música. Imagina que el cerebro es como una orquesta, donde cada sección responde a distintas "frecuencias" o tipos de estímulos, como las cuerdas, los vientos y las percusiones. Al tocar en conjunto, generan una sinfonía compleja que no se puede reducir a las notas individuales de cada instrumento. Al igual que en una orquesta, el cerebro funciona no solo a través de sus partes individuales, sino por la interacción coordinada entre ellas. Entonces, el desafío para este modelo es poder capturar la esencia de esta "sinfonía cerebral".


La idea de representar el cerebro mediante modelos de frecuencia es interesante y representa un avance en nuestra comprensión de su complejidad. Sin embargo, la neurociencia aún está lejos de comprobar si el cerebro opera de manera comparable a un sistema cuántico-resonante. Hasta entonces, este tipo de enfoques deberán coexistir con otros modelos que consideren la biología y química del cerebro en su totalidad.


Por último los modelos de frecuencias pueden aportar una perspectiva interesante y nueva, pero deben complementarse con un entendimiento más amplio de cómo el cerebro integra la información en su totalidad. Un verdadero avance en neurociencia no se trata solo de descubrir más sobre el "cómo", sino también de entender el "por qué" de los procesos cerebrales pero creo que cualquier avance en la comprensión de las pequeñas partes de esos procesos puede ser igualmente importante e interesante. 


Referencias:


APS Physics - Assessing the Brain at a Range of Frequencies: https://physics.aps.org/articles/v17/s145



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