Imagina esto: un día como cualquier otro, estás caminando por las calles de una ciudad concurrida, cuando de repente, un objeto no identificado cae del cielo y se estrella justo frente a ti. La gente alrededor se detiene, todos sacan sus teléfonos móviles y empiezan a grabar. Las imágenes se viralizan y en cuestión de minutos el mundo entero está hablando de ello. Pero este no es un objeto cualquiera, no es un avión, ni un dron. Algo en su estructura, en su material o en la forma en que interactúa con el entorno te deja con una sola conclusión: esto no es de la Tierra.
Este escenario parece sacado de una película de ciencia ficción, pero el artículo científico que vamos a discutir aquí utiliza herramientas estadísticas para abordar un tema que, aunque suene fantástico, tiene implicaciones serias: ¿qué probabilidad existe de que, en un futuro cercano, ocurra una "revelación catastrófica" de la existencia de inteligencias no humanas (NHI, por sus siglas en inglés)?
La revelación catastrófica: ¿mito o realidad?
El concepto de "revelación catastrófica" hace referencia a la posibilidad de que se produzca un evento accidental que proporcione pruebas concluyentes de la existencia de NHI, sin que las autoridades humanas —gobiernos o instituciones— puedan controlarlo. El artículo publicado en Arxiv, que adopta una postura escéptica, plantea un análisis fascinante: ¿cuánto tiempo podría pasar antes de que estas pruebas indiscutibles lleguen al dominio público?
Para abordar esta pregunta, el autor no asume la realidad de estas NHI o de los extraterrestres, sino que utiliza este tema como un ejercicio para aplicar distribuciones estadísticas estándar a un fenómeno que ha capturado la imaginación del público durante décadas.
La matemática detrás de la especulación
El enfoque del artículo se basa en modelar diversos escenarios, aplicando principios estadísticos y distribuciones conocidas para estimar cuánto tiempo podría pasar antes de que ocurra una revelación de esta magnitud. Lo interesante es que el autor no se basa solo en las posibilidades de que estas entidades existan, sino que también considera cómo la distribución de la población humana, la proliferación de smartphones, y otros factores, pueden influir en la posibilidad de que tales eventos sean captados y difundidos en masa.
Imagina la Tierra como un tablero de ajedrez: cada casilla representa una ciudad, un pueblo o un espacio rural, y en cada una de ellas hay miles, si no millones, de personas con cámaras en sus teléfonos. Cuanto mayor sea la cantidad de cámaras, mayor será la probabilidad de que, si algo cae del cielo, sea grabado y difundido. El análisis estadístico en el artículo toma en cuenta esta "cobertura global" como un factor clave en la ecuación.
Los supuestos extraordinarios
El artículo se basa en una serie de suposiciones extraordinarias, necesarias para llevar a cabo el análisis. Entre ellas:
1. Existen especies sensibles no humanas que han desarrollado tecnología avanzada.
2. Estas especies pueden construir vehículos para el transporte interestelar o interplanetario.
3. Son falibles, es decir, su tecnología, al igual que la nuestra, puede fallar, lo que podría llevar a accidentes en nuestro planeta.
Partiendo de estos supuestos, el autor simula diferentes escenarios para estimar cuándo podríamos esperar una revelación accidental, si es que estas NHI existen. Aquí es donde el análisis estadístico se vuelve fascinante: se trata de calcular cuándo y dónde es más probable que ocurra un accidente que sea registrado por una de esas millones de cámaras en los bolsillos de los humanos.
¿Cuándo ocurrirá?
Uno de los resultados más llamativos del artículo es que, bajo los supuestos mencionados, la revelación catastrófica podría ocurrir tan pronto como en el año 2040, con un margen de +/- 20 años. Esto significa que, estadísticamente hablando, si las NHI existen, podríamos estar a solo un par de décadas de descubrir pruebas irrefutables de su existencia.
Este tipo de predicciones, aunque especulativas, están basadas en un análisis riguroso. No se trata de simple ciencia ficción, sino de aplicar matemáticas y lógica a un tema que ha sido objeto de interés tanto en la ciencia como en la cultura popular durante años.
Es curioso pensar cómo la tecnología que llevamos en nuestros bolsillos podría ser la clave para descubrir una verdad tan monumental. El hecho de que millones de personas tengan acceso a dispositivos que pueden capturar y compartir instantáneamente lo que ocurre a su alrededor ha cambiado radicalmente la forma en que se difunde la información. Si en algún momento se diera un accidente extraterrestre, ¿sería algo que podríamos mantener en secreto durante mucho tiempo? Es difícil imaginarlo.
En un mundo hiperconectado, donde las noticias viajan más rápido que nunca, quizás estemos más cerca de responder una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿Estamos solos en el universo?
Y aunque el artículo no afirma la existencia de NHI ni de extraterrestres, nos deja con una herramienta muy valiosa: el pensamiento crítico. A través de su análisis, nos invita a reflexionar no solo sobre la posibilidad de vida extraterrestre, sino sobre cómo podemos utilizar la ciencia y la estadística para abordar incluso las preguntas más fantásticas con rigor y escepticismo saludable.
Obviamente toda la parte especulativa sigue siendo débil si queremos algún argumento fuerte que avale la existencia de NHI, pero te invito si tienes tiempo a leer el artículo y comentar tu opinión.
arXiv:2410.12738 https://arxiv.org/pdf/2410.12738
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