Sé que la mayoría de mis post son sobre física y ciencia pero me parecía importante hacer una reflexión sobre las obras de Acemoglu, Johnson y Robinson
Este año, Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson han sido galardonados con el Premio Nobel de Economía por sus contribuciones a la comprensión de cómo las instituciones económicas y políticas moldean el desarrollo de las sociedades. Este trío de académicos ha ofrecido una serie de argumentos y análisis que han revolucionado no solo la ciencia económica, sino también la manera en que los científicos sociales, historiadores, políticos e incluso el ciudadano común, pueden entender las raíces del progreso y el estancamiento económico. ¿Qué tienen en común sus trabajos? Una lección clara: las instituciones importan, y mucho.
Parece algo obvio, ¿verdad? Que las instituciones de un país -es decir, las reglas del juego político y económico- influyen en su desarrollo. Sin embargo, los enfoques tradicionales en economía se enfocaban más en variables como la acumulación de capital, los recursos naturales o el acceso a tecnología. Acemoglu, Johnson y Robinson llegaron con una nueva perspectiva que cambiaría el panorama.
El Origen Colonial de las Instituciones: 'The Colonial Origins of Comparative Development' (2001)
En su influyente artículo The Colonial Origins of Comparative Development, Acemoglu, Johnson y Robinson exploran cómo las estructuras coloniales han dejado cicatrices permanentes en las sociedades de hoy. La clave de su argumento es que las potencias coloniales establecieron diferentes tipos de instituciones en distintos territorios. En algunos lugares, donde podían asentarse, implantaron instituciones inclusivas que promovían la participación económica y el respeto por los derechos de propiedad. En otros, donde el clima o las enfermedades lo impedían, impusieron sistemas extractivos diseñados para maximizar las ganancias a corto plazo, sin preocuparse por el bienestar local.
¿Qué significa esto en términos prácticos? Piensa en Estados Unidos y México. Ambos fueron colonias, pero sus caminos hacia el desarrollo no podrían ser más distintos. Según los autores, esta divergencia se debe, en gran parte, a los tipos de instituciones establecidas por los colonizadores. En Estados Unidos, se formaron instituciones inclusivas que permitieron el desarrollo de una sociedad más igualitaria (al menos para los colonos). En contraste, en México, el sistema fue extractivo, diseñado para favorecer a una élite colonial y mantener a la mayoría de la población en la pobreza.
La Reversión de la Fortuna: 'Reversal of Fortune' (2002)
En otro de sus artículos icónicos, Reversal of Fortune, los autores argumentan que algunas de las regiones más prósperas en tiempos precoloniales son hoy las más pobres. Esto se conoce como la "reversión de la fortuna". Durante la época precolonial, lugares como India, China y el Imperio Inca en Sudamérica eran centros de riqueza y poder. Pero tras la llegada de los colonizadores europeos, estas regiones vieron cómo su prosperidad se desmoronaba. Las instituciones extractivas impuestas por los colonos impidieron el crecimiento sostenible, mientras que en las zonas más pobres precoloniales se desarrollaron instituciones inclusivas que impulsaron su eventual prosperidad.
Este concepto de reversión no solo desafía las nociones tradicionales de progreso lineal, sino que también plantea preguntas filosóficas: ¿Está el destino de una nación sellado por su historia o tiene la posibilidad de cambiar su curso mediante la implementación de nuevas instituciones?
El Auge de Europa: 'The Rise of Europe' (2005)
El artículo The Rise of Europe lleva esta discusión al ámbito de la geopolítica global. Aquí, Acemoglu y sus colegas exploran cómo las instituciones en Europa, particularmente después de la Peste Negra en el siglo XIV, comenzaron a transformarse de sistemas feudales y extractivos a instituciones inclusivas que permitieron el auge de las economías de mercado. Este cambio institucional fue crucial para el desarrollo de la Revolución Industrial en Europa, lo que, a su vez, cambió el panorama económico mundial.
Es interesante pensar en cómo algo tan devastador como la Peste Negra pudo tener un efecto positivo a largo plazo en el desarrollo económico. Al reducir drásticamente la población, el feudalismo europeo empezó a tambalearse, dando lugar a más oportunidades económicas para los sobrevivientes. En este sentido, Acemoglu y sus colaboradores nos invitan a reflexionar sobre cómo las grandes crisis pueden ser catalizadores de cambio estructural, un tema de gran relevancia en la actualidad, especialmente en un mundo que enfrenta desafíos globales como el cambio climático o las pandemias.
Ingreso y Democracia: 'Income and Democracy' (2008)
Finalmente, el trabajo de Income and Democracy aborda una cuestión de suma importancia: ¿Qué relación existe entre el crecimiento económico y la consolidación de sistemas democráticos? Para muchos, la respuesta intuitiva podría ser que a mayor riqueza, más democracia. Pero Acemoglu, Johnson y Robinson argumentan que esta relación no es tan simple.
Si bien el crecimiento económico puede facilitar la democratización en algunos contextos, el papel crucial sigue siendo el de las instituciones políticas. Las élites de países con instituciones extractivas tienen pocos incentivos para democratizar sus sociedades, ya que hacerlo podría amenazar su poder y privilegios. De ahí que veamos ejemplos como Arabia Saudita, un país extremadamente rico que sigue manteniendo un régimen autocrático, en contraposición a naciones como Corea del Sur, que ha logrado transitar hacia la democracia a medida que su economía crecía.
Este trabajo nos lleva a cuestionar una idea comúnmente aceptada: ¿es inevitable que las naciones se vuelvan más democráticas a medida que se desarrollan económicamente? Según estos autores, la respuesta está lejos de ser un simple "sí".
Reflexiones finales
A lo largo de su trabajo, Acemoglu, Johnson y Robinson nos invitan a repensar muchas de nuestras suposiciones sobre el desarrollo económico y político. Su enfoque en las instituciones como la clave para entender el éxito o fracaso de las naciones nos proporciona un marco poderoso para analizar el mundo contemporáneo. Desde el ascenso de las democracias hasta el estancamiento de los países en vías de desarrollo, sus ideas tienen una relevancia innegable.
Más allá del ámbito académico, sus teorías también ofrecen lecciones para los líderes políticos y los ciudadanos. Al final del día, la prosperidad de una nación no depende solo de los recursos con los que cuente o de la tecnología que pueda adoptar, sino de las reglas del juego. Y esas reglas, aunque a menudo invisibles, pueden ser transformadas.
En un mundo que parece cada vez más polarizado y donde las instituciones democráticas enfrentan crecientes desafíos, el trabajo de estos economistas nos recuerda la importancia de luchar por un sistema inclusivo, donde todos tengan la oportunidad de participar y prosperar.
Referencias:
1. Acemoglu, D., Johnson, S., & Robinson, J. A. (2001). The Colonial Origins of Comparative Development: An Empirical Investigation. American Economic Review, 91(5), 1369–1401. Enlace al artículo
2. Acemoglu, D., Johnson, S., & Robinson, J. A. (2002). Reversal of Fortune: Geography and Institutions in the Making of the Modern World Income Distribution. The Quarterly Journal of Economics, 117(4), 1231-1294. Enlace al artículo
3. Acemoglu, D., Johnson, S., & Robinson, J. A. (2005). The Rise of Europe: Atlantic Trade, Institutional Change, and Economic Growth. American Economic Review, 95(3), 546-579. Enlace al artículo
4. Acemoglu, D., & Robinson, J. A. (2008). Income and Democracy. American Economic Review, 98(3), 808-842. Enlace al artículo
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