El tema que elegí para este ensayo fue producto de una experiencia, un dialogo interno de los que me suelen suceder cuando estoy pensando o reflexionando en las cosas o mejor dicho cuando me encuentro sin querer en esta actitud.
Terminé mis clases, y al llegar a la casa me dirigí hacia el baño, junto al lavabo, antes de abrir la llave me di cuenta que allí estaba una mariposita inferior a un centímetro de tamaño, así que la quise mover pero voló hacia la regadera. Entonces había decidido sacarla pero era muy difícil ya que asustada volaba cada vez que intentaba tomarla. Después me di cuenta que tal vez sería mejor dejarla, a pesar de que veía que intentaba buscar una escapatoria y sufría, así que me dispuse a matarla para terminar con tan penosa lucha. En ese momento me surgieron dudas, recordando la eutanasia, pensé que matarla tal vez sería lo mismo, ¿quién era yo para decidir si debía seguir sufriendo o matarla de una vez? Entonces me surgieron más preguntas. He aquí el origen de la siguiente reflexión sobre el hombre.
Al analizar la conducta humana he querido pararme desde uno de los aspectos del horizonte filosófico griego, este aspecto es la necesidad de decir lo que apodícticamente es siempre y en todos los casos, por eso cada elemento constituyente del hombre he deseado expresarlo de manera esencial aunque admito que no estoy haciendo definiciones esenciales pero sí un planteamiento esencial sobre la situación del hombre.
El hombre se toma la libertad de decidir sobre otros animales, por ejemplo cuando los elimina de su paso cuando le molestan en algo, o al matarlos para alimentarse de ellos. En este caso, se cree con toda la potestad para hacerlo, en parte porque la tiene. Esta potestad, me pregunto ¿no es acaso debido a que tenemos capacidades más desarrolladas de supervivencia a través de la inteligencia? En este caso tal potestad no es sino simplemente imitación de la naturaleza animal. ¿En qué sentido? Cuando decimos que un león mata, lo hace porque tiene mayor potestad sobre otros animales, y así sucesivamente con otro animal, vendría bien aquí hablar de la cadena alimenticia. En este caso los animales, tienen capacidades unos más que otros para poder sobrevivir, y se puede decir que el hombre tiene más capacidades que otros para hacerlo, entonces se podría deducir que un animal es podido por otro, esto ofrece un rango de jerarquías de supervivencia, donde en dicha jerarquía el hombre tiene potestad sobre los otros.
Visto el hombre desde esta perspectiva, me hace pensar que no se diferencia de los animales más que en tener potestad sobre ellos. Y esto le hace tan semejante a ellos como cualquier animal de la cadena alimenticia que está sobre otro.
Entonces decidí seguir rastreando y así puedo decir lo siguiente; no solo tiene potestad, sino que es conciente de ella. Por tanto una potestad consciente, así se diferencía de los animales pero no sólo eso, sino que el mismo hecho de que entre los hombres se desarrollen mejor una capacidades que otras en unos que en otros, podemos decir pluralidad de capacidades dentro de esa misma potestad, también entonces entre los seres humanos hay cierta jerarquía, según la pluralidad dentro de esa potestad.
Hasta aquí puede seguir pareciendo que la raza humana no es sino una copia de la cadena alimenticia, en otros sentidos y bajo otras connotaciones, por ejemplo en la vida social, económica etc. Pero me parece que no sólo nos diferencia la potestad consciente, pues en la realidad podemos constatar que hay ciertas motivaciones de actuar con nuestra potestad consciente en contra de las leyes de supervivencia. Por ejemplo, los padres que teniendo potestad consciente, sobre los hijos los utilicen para su propio bien limitándoles un desarrollo y eviten así que halla una contribución a la evolución de la raza humana, o lo contrario, que para la supervivencia de la raza humana se dediquen al cuidado de los hijos, es cierto pero el hombre no se limita a esa sola convicción, ha de tener esto todavía una explicación más, pues hay padres que cuidan de ellos y quienes no, quienes los utilizan para bien propio y quienes no. Es entonces en esta diversidad de conductas que algo más allá de la potestad consciente, les mueve, algo que por el momento llamaremos libertad.
Es ésta capacidad de elegir, aún cuando se va en contra de las leyes naturales como lo es la de la supervivencia, y como puede superarlas a pesar de verse en alguna medida coaccionada por ella es por eso que se puede llamar libertad.
Eligiendo así en contra de la supervivencia, por ejemplo, no cuidar a los hijos, o utilizarlos desgastándoles y deteriorando así una generación de la raza humana, o en sentido positivo, cuidándoles con el deseo de hacerle un bien a este hijo independientemente de la idea de favorecer la supervivencia de la humanidad. Podemos entonces decir que el hombre posee de una potestad consciente y libre, pues aunque esta libertad se vea siempre confrontada por las leyes de la naturaleza y las circunstancias, a pesar de ello podría ir en contra de ellas ejerciendo esta libertad de decidir y no sólo en el ejemplo de las relaciones padre-hijo sino en todo tipo de relaciones.
Pero más allá de esto, y por lo mismo de poseer esta potestad consciente y libre, el hecho de ser consciente, le hace preguntarse el sentido de estas capacidades, de donde le vienen, porqué es él quien las tiene, qué puede hacer con ellas, algo así como la frase célebre citada en la película de Spiderman “todo poder conlleva una responsabilidad”, ¿responsabilidad de qué?, ciertamente no se puede contestar a esta pregunta sin antes haber respondido al sentido de esta potestad consciente y libre.
Ya Sartre había dicho que el hombre no decide vivir, se encuentra “arrojado a la existencia”, y por ende se pude concluir que el hombre esta condenado a vivir, y relacionándolo con esto, el hombre no elige tener una potestad consciente y libre, nace teniéndola, pero no se puede decir aquí que está condenado a tenerla, puesto que condena es aquello que esta coaccionado a realizar, por tanto lo ya realizado no se puede llamar condena sino lo que falta por realizar, es decir el hecho de poseer una potestad consciente y libre no es el meollo del asunto sino lo que ha de hacer con ella, que es lo que todavía no está hecho y por tanto se ve coaccionado a hacer, he aquí la condena, así podemos deducir que el hombre está condenado al sentido, es decir condenado a encontrar el sentido de su potestad consciente y libre una vez pagada su condena se puede decir que será libre de condenas es decir será salvo. Salvo de esta condenación de el sentido.
Considero que esta necesidad de sentido es precisamente la que nos lleva al mito, a la religión, a la filosofía, es cuestión de condenación o salvación, de vida o muerte, de seguir siendo animal o superarse en su ser humano sin sentido para ser plenamente humano libre. Y aquel que encuentra el sentido de su potestad consciente y libre a través del mito, la religión o la filosofía puede regresar a la vida, con una libertad mayor que la que tenía, y de acuerdo a el sentido que ha encontrado será el uso que pueda darle a su potestad consciente y libre, y del hecho de encontrar este sentido derivará la diferencia entre animales y humanos, e incluso se notará en la vida diaria cuando este sentido de la potestad consciente y libre, vaya fraguando en la manera de vivir y desenvolverse con los demás.
Ejemplos de esto tenemos muchísimos, basta con mencionar aquellos que ven en la potestad consciente y libre, una oportunidad de servir al otro, otros la capacidad de perfeccionar el mundo natural y nuestro mundo a favor de la plenitud común.
Regresando a la mariposa: una vez que haya hecho mi recorrido a través de la búsqueda de este sentido de mi potestad consciente y libre, podré decidir si matar o no a la mariposa, si es un acto animal o humano, o mejor dicho y en el mejor de los casos qué debo hacer con respecto a esta mariposa, de acuerdo al sentido que le doy a esta potestad consciente y libre.
Pero hay otro problema, entonces de acuerdo a los innumerables sentidos encontrados que haya, será la pluralidad de conductas entre los seres humanos, y este es un hecho constatable en la realidad. No quiero hacer distinciones entre diferentes filosofías o ideologías, pero no por eso quiere decir que quiera favorecer el relativismo, “cada quien con su sentido” no, sólo me limito a la realidad, todos buscamos un sentido, y no me hace pleno hasta que lo hago mío independientemente de que ya haya sido o no planteado o encontrado por otros, la diferencia es que ahora es mío.
Entonces lo apodíctico y lo universal del hombre es algo que los une se puede hablar de una característica trascendental del hombre, el hecho de que todos se vean en la necesidad de encontrar dicho sentido. Es decir: todos condenados a la búsqueda del sentido de la potestad consciente y libre. Unos lo encuentran, otros no, es una tarea ardua y difícil, y por esto, un motivo más por el cual seguir estudiando filosofía ya que me puede ayudar a encontrar mi sentido es decir encontrar la manera de verme salvo, y por lo mismo mi manera de estar y ser en el mundo.